lunes, 28 de noviembre de 2011

RETOUR I


Días famélicos.
Un invierno empolvado y náufrago...
Yo me siento invisible,
archivada en un lienzo arcaico
que nunca fue famoso.

Me duele aquel solaz macabro
que construyen mis óvulos,
de a poco pestañeo
palabras estériles...

Mujer, no quites tu lengua de fuego
de mi urdimbre de arrugas
(soy vieja cuando escribo)

Noches sódicas tatúo
mientras me hago la dormida.
A veces creo que me odias
y remites un gesto escatológico
desde el lupanar donde habitas...
porque sin fantasmas no hay pasado
porque el piso es un tentempié
de sabor a mandrágora
(y yo soñé que me mordía aquel hombrecito).

Regurgito tu laberinto epicúreo
sólo porque te da la gana que sea hoy:
cuando la tristeza descansa en las uñas
como la mugre,
cuando bajé el interruptor del pulso
cuando la hoja huérfana
apuntó mi cuello de pasos.

S←Á←R←T←A
he dejado tu interviú sigiloso
que nunca entendí;
es que contigo aprendí a creerme funámbulo
y colgar tu ombligo de cenizas
en mi escondite
y esperarte...
desteñida cuando te exilias
siempre esperarte.

Derechos Reservados © Dina Bellrham

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