domingo, 27 de noviembre de 2011

ÓLEO

Óleo
Ninfa, Dina Bellrham

El tiempo reposa en mis fosas nasales y es absurdo. Destruyo el nudo de la soga de mi péndulo, abrazo el cuerpo cansado de mi perro. La soledad me habla su mundo de floreros sordomudos. Ni a los niños en mis vías les permiten correr como estufas incendiarias. No he podido pestañear las resbaladeras de antaño, los ojos de mis manos quedaron adosados a cataratas, prisioneros. La sangre nunca más vio la contaminación de los carruseles. Hasta mis lágrimas están en prisión, cuajadas inventando los delitos. Hiedo a lámparas y a focos de velador pues me arrancaron las luciérnagas de los pezones. Ya ni hablar de mi columna que hoy carga smokings almidonados, suben y bajan semejando escaleras eléctricas de malles, jugando como aquellas pandemias recién preñadas.

Derechos Reservados © Dina Bellrham

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