domingo, 27 de noviembre de 2011

LA INSENSIBLE

Henry Fuseli, Silence

La insensible
jamás nutrió el bonsái
que habitaba en su ojo
descubrió que abrir las piernas
era más fácil que abrir los brazos
por eso revienta sus grifos
y enciende sus cuernos.
La insensible
mató la cuna y los pezones del hambre
nació columpio
y pronto se deshizo de los niños,
amarla es irrumpir el silencio de las piedras.
La insensible
por insensible dejará huérfana su sombra.
Romperá su voz de lluvia
para olvidar la melancolía de los dientes.
La insensible transita en su diástole,
como su padre hecho ovillo
en alguna botella fermentada de espinas.
Importa poco su esqueleto fútil
y la jauría carcomiendo los retratos.
La insensible prefirió arrancar sus oídos
a los relámpagos en su pecho.

Derechos Reservados © Dina Bellrham

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